Uno de los retos de esta semana en el campamento de verano de Defensa Personal Infantil ha sido que los pequeños aprendieran a resolver conflictos hablando, o al menos que guardaran los golpes como último recurso.
En primer lugar, se les contó el cuento del cumpleaños del lobo bueno y cómo debía ir a buscar a cada uno de sus amigos los tres cerditos a sus respectivos hogares para que acudieran a su fiesta.
Al de la casa de paja lo convenció diciéndole todas las cosas buenas que ocurrirían si acudía a la fiesta de cumpleaños (conciliación-agradable)
Al de la casa de madera, tras contarle todas las cosas buenas que ocurrirían si abría la puerta y seguir diciendo que no, el lobo le contó todas las cosas malas que ocurrirían si no salía de casa y no acudía a la fiesta. (consecuencias-desagradable aceptable – otros)
Por último, al de la casa de ladrillo, le contó las cosas buenas que obtendría el cerdo si salía de casa, luego le contó las cosas malas, y como la puerta seguía cerrada usó la última estratégia verbal, le contó todas las cosas malas que el propio lobo haría si el cerdo no salía. (amenazas-desagradable no aceptable – yo).
Tras el cuento, en equipos de 4 personas hicieron la representación teatral, cada uno de ellos debía pasar por el roll de cada cerdo y también por el roll de lobo, inventando aquellas cosas para cada casa que considerara más oportunas, por ejemplo:
Casa de paja: nos divertiremos mucho, habrá tarta, juegos, canciones, lo pasarás muy bien, etc
Casa de madera: estarás solo y aburrido, no jugarás con nosotros, te perderás la piñata, …
Casa de ladrillo: si no sales YO no te invitaré más a mi cumpleaños, YO no seré más tu amigo, YO tampoco iré al tuyo.
Todo iba bien, hasta que justo al día siguiente hubo un conflicto:
un niño estaba enseñando un ejercicio de karate a otro niño que nunca había practicado artes marciales, y una niña que quería entrar en el juego se puso a molestar. El niño que quería aprender karate del otro niño, la agarró de la pechera y la estampó contra la pared al grito de “dejanos en paz, para ya”.
se cogió a toda la clase, se les sentó en circulo, y tratamos de averiguar las palabras oportunas para cada casa en esta situación.
casa de paja: le estoy enseñando algo, no nos molestes ahora, y cuanto antes acabe antes jugaremos todos juntos.
casa de madera: si no paras, el monitor te acabará viendo, y acabará regañandote o castigándote
casa de ladrillo: si no paras al final te vas a ganar una torta.
Y luego vino LA PREGUNTA: ¿y si no para? ¿entonces le pegamos?
los propios niños se respondieron entre ellos, con respuestas tan variopintas como:
- mejor pegarle después de tres avisos que desde el principio sin avisar como ha sucedido
- igual no pegar, pero si empujar
- podemos en vez de decir: “pegar” decir: “ir al profe”, y si el profe no funciona luego decir “pegar” y luego ya pegar.
Casi al final de la semana de campamento hemos tenido la pérdida de una gorra, y a base de repetir el procedimiento todos los días, la solución al conflicto ha salido genial. Un niño creía que se la había escondido otro niño para gastarle una broma, y cansado le ha pedido que se la devuelva y lo haga YA.
el otro pequeño ha contestado usando las tres casas:
- no la tengo pero te ayudaré a buscarla (conciliación-agradable)
- mientras más grites y menos busques más tarde aparecerá, y además luego te dolerá la cabeza (consecuencias-desagradable aceptable)
- si me sigues chillando no te ayudaré y ahí te las apañes solo (amenazas – desagradable no aceptable)
Como siempre digo, es muy importante poner límites a los niños, que sepan lo que no se puede hacer, pero es igual de importante darles herramientas para que lo que no pueden hacer, lo suplan con cosas útiles para resolver su problema, y que sí estén autorizadas por los adultos. Hablar en vez de pegar está autorizado, y si siguen el método de las tres casas están hablando de forma efectiva para resolver los conflictos sin tener que recurrir a la violencia en casi ningún caso.
Enric Navarro
www.enricnavarro.es
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Simplemente excelente!!