El verdadero punto secreto de la muerte:
La semana pasada, tuve la oportunidad de compartir conversación con un maestro de una de esas disciplinas que jamás he practicado, y cuyo nombre no viene al caso.
La historia es que en cierto momento, pasamos a hablar de kyushos, dim mak, y puntos de presión, hasta afirmar que conocía un punto que causaba la muerte de la persona sobre quién era aplicado.
Los que me seguís, ya sabéis lo que opino de los puntos de presión, y quién no, puede leerlo aqui:
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El caso, es que sea como fuere, me interesé por el punto en cuestión.
La respuesta del maestro, fue que no me conocía lo suficiente para confiarme tal secreto, pues un mal uso de esta información podía poner en riesgo la vida de cientos de personas… Solo a unos pocos alumnos de su maestro, les había sido confiado este secreto tras muchos años a su lado.
Llamadme cobarde, pero creo que una discusión fuera de los límites de la cordialidad, no era lo adecuado en aquel momento y lugar.
De todos modos, vamos a poner los puntos sobres la íes:
¿porqué muere una persona?
1) hipóxia: anula al otro la capacidad de regar oxígeno al cerebro y adiós muy buenas. Desde una bolsa de plástico en la cabeza, hasta sumergirle bajo el agua, pasando por clavarle una de sus propias costillas en un pulmón (tremendo golpe) para encharcarlos de sangre, hasta apretar fuertemente sus carótidas, serían cosas que podrían funcionar.
2) hipovolemia: reducir el caudal sanguíneo que llega al corazón, bien porque ha perdido torrente debido a un corte, perforación, etc, en una arteria lo suficientemente grande. ¿os suena algún torero muerto por un asta en la femoral? Podríamos incluso aceptar pulpo como animal de compañía los infartos que pese a no sacar la sangre de su caudal hacen que no circule adecuadamente y no llegue al corazón. ¿Os imáginais unos golpes tan bestias sobre arterias coronarias de personas con obesidad o alto porcentaje de grasa corporal, capaces de soltar diaporomas que reduzcan la luz arterial e incluso provoquen infartos a medio plazo? pues los japos sí lo imaginaron, y lo llamaron “nan sen goroshi”, o técnica de muerte a los 3 días.
3) anafilaxia: o contaminación del torrente sanguíneo, esto puede ser inyectado, ingerido, inhalado, etc como dicen los que saben: las drogas matan. ¿a que habías visto pelis dónde a uno le meten O2 en una arteria y acaba dormidito? o gente que muere en un incendio por el humo mucho antes antes de quemarse.
4) cardioversión o shock eléctrico: ¿alguna vez os habéis golpeado el codo y os ha soltado un clambrazo hasta los dedos? imaginaros una descarga directa al corazón o cerebro. ¿hay nervios capaces de hacer estas cosas? los chinos hablan de dos golpes precordiales, uno al ladito del apéndice xifoides, y otro para cuando el paciente cae boca abajo entre las vertebras dorsales o torácicas T5 y T6, pero ya sabéis que con inhibidores del sistema nervioso (como la adrenalina), en mi opinión, esto no funciona. Meterle con un aparato de alto amperaje en el pecho o la cabeza, o mismamente que te caiga un rayo, tiene más papeletas para funcionar.
5) TCE o traumatismo cráneo encefálico. Si de un golpe, dañas el ordenador central, es posible que apague toda la máquina.
Llegados a esto, que creo yo que no he descubierto américa, si realmente quisiera acabar con la vida de una persona creéis que necesitaría 10 o 20 años de clases para ganarme la confianza de un maestro que me explicase una técnica secreta de un golpe mágico?
Vamos a dejarnos de misticismos, cuando en todas las farmacias venden jeringuillas, en cualquier ferretería cuchillos, y el ultimo gran atentado en Europa ha sido con un camión en un paseo marítimo.
No digo que no exista ese punto secreto capaz de matar, pero afirmo que quién quiere matar lo hace con relativa facilidad sin necesidad de ser doctor en digito-puntura.
A día de hoy, hay secretos que a parte de querer amarrar el máximo tiempo a los alumnos y que sigan pagando por algo que nunca llega, al menos yo, no les veo mucho sentido…
ahí os dejo con la reflexión de hoy, que tengáis un buen domingo
Enric Navarro
www.enricnavarro.es
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