Hablemos de kyusho,

Aunque sea un tema algo trillado, mucha gente se pregunta, y me pregunta, sobre la efectividad o mito de los puntos de presión.

Ayer mismo, un alumno, había adquirido en una de las múltiples páginas de trading chinas, un “táctical pen” de aluminio (entre 3 y 12€ en internet), y preguntaba sobre como usarlo en diferentes situaciones de defensa personal.

¿funcionan los puntos de presión?

Bueno en primer lugar hay que decir que existen dos grandes grupos de puntos de presión y aunque no funcionan siempre, si se dan las condiciones, ambos pueden funcionar:

Estos grupos son: los Nerviosos y los Vasovagales.

Cuando te golpeas el codo y suelta un calambrazo hacia los dedos hablamos de puntos nerviosos.

¿Dónde se encuentran y cómo se accionan?

Para una explicación rápida, se encuentran bajo los puntos de acupuntura, y se accionan con presión, impacto o fricción directa sobre el punto, y preferiblemente con el mismo ángulo con el que se clavaría la aguja en acupuntura, o sea, entre músculos tratando de afectar al sistema nervioso periférico.

¿Problema de los puntos nerviosos?

Varios, el primero es que los nervios pueden “saltar” no estando en la misma localización en un cuerpo y en otro, y en segundo lugar: no todo el mundo tenemos la misma cantidad de mielina recubriendo el tejido nervioso, y debido a los cambios fisiológicos que sufrimos en estrés de combate el dolor vía nervio se desactiva.

Ejemplo: voy corriendo por una finca y de repente a parece un perro que viene a por mi con malas intenciones. Yo empiezo a correr hasta subirme a un árbol. Una vez arriba, ya a salvo del perro, descubro que me he hecho un esguince en el tobillo cuando me lo he doblado tres metros más atrás, me duele a rabiar y lo tengo como una pelota de tenis, pero no me ha dolido hasta que no me han bajado las pulsaciones y me he tranquilizado un poco.

Siempre me gusta recordar que el miedo fisiológico o el estrés fisiológico son el resultado de la diferencia entre la incertidumbre que nos produzca una situación y la cantidad de recursos que creemos que tenemos para afrontarla.

Estrés (miedo)= incertidumbre / recursos

Contado de forma resumida, cuando no sabemos qué ocurrirá y nos vemos con pocos recursos para afrontar una situación empieza a latirnos el corazón cada vez más rápido, subiendo nuestras pulsaciones de unas 80ppm (reposo) a 115-145ppm.

El sistema nervioso simpático, ordena al hipotálamo y la hipófisis segregar esteroides (cortisoles) que aumentan la presión arterial y llenan la sangre de glucosa.

Esta glucosa nos ayudará en un proceso que se realiza en el interior de las mitocondrias celulares llamado glucogenolísis, que fabricará el ATP (adinosín trifosfato) necesario para que nuestros músculos puedan contraerse y elongarse más veces de las que lo harían en reposo.

Entre 145 y 174ppm (más rápido el corazón y por tanto la sangre), comienza a segregarse adrenalina y noradrenalina (que entre otras cosas permiten que el corazón aumente su velocidad, y desinhiben el sistema nervioso). La sangre comienza a redistribuirse produciendo cortes de digestión, o bloqueo del sistema urinario, y almacenándose más en piernas y brazos para afrontar situaciones de huida o enfrentamiento. Es el momento en el que debido a que pasa menos sangre por la cabeza comenzamos a tener oído y visión tunel, o pérdida de psicomotricidad fina entre otras cosas.

Por encima de las 175ppm con gran parte de los músculos tensos (cuello por ejemplo), y una presión arterial enorme, nuestro cuerpo decide comenzar a compensar, segregando otra hormona llamada acetilcolina para bajar la tensión. La cual si se segrega en grandes cantidades (a veces pasa), puede llegar a causar desmayo.

Conclusión: a partir de las 145ppm, (algo bastante normal en una pelea de verdad), se reduce muchísimo hasta casi desaparecer tu umbral de dolor (debido a la cantidad de adrenalina en sangre), mucha gente acuchillada en un enfrentamiento no se ha dado cuenta del pinchazo hasta después de la fase de disolución, cuando ha llegado la policía y ha detenido el incidente. Con lo cual los puntos de presión NERVIOSOS en un enfrentamiento Real, podrían dejarnos tirados y no resultar efectivos, dependiendo de lo tranquilo y confiado (o lo contrario) que esté nuestro agresor.

¿Y los puntos vasovagales?

Bueno, aquí hablamos de golpear o presionar directamente sobre venas y arterias. Un impacto o presión continua sobre la carótida (estrangulación sanguínea por ejemplo).

Obviamente estas técnicas surgen efecto incluso en situaciones de alto estrés, una vez produces la hipóxia cerebral (falta de oxigeno en el cerebro debido a ese impacto o presión continua), nuestro contrario tiende a quedarse dormido.

El problema que yo le veo, además de la dificultad de acceso a la zona (igual que en los puntos nerviosos), es que en este caso sí se pueden cubrir con tejido muscular, a parte de las posibles hemorragias que causes con ese impacto y las consecuencias sanitarias y jurídicas derivadas de tu técnica defensiva.

Con todo esto, no quiere decir que no lo intentemos, mi sifu de jkd kyusho durante 5 años, Sebastián Deibe, siempre decía: “tu apunta al punto, si le das KO, si no le das al punto, se ha llevado el golpe”.

En cualquier caso, mejor conocer e intentar golpear a zonas determinadas que al bulto, no he visto a ningún fútbolista tirar la pelota en cualquier dirección, todos apuntan a la portería. Meterla o no, ya es otro cantar…

Espero sirva como reflexión, no sobre lo que enseñar y entrenar, sino a la hora de ser conscientes de la realidad del enfrentamiento, y no engañar (por negligencia o desconocimiento) a los alumnos cuando se les habla de los puntos de presión y la defensa personal, lo cuales como acabo de explicar, funcionar funcionan, pero con limitaciones dependiendo de nuestro agresor y su estrés fisiológico.

Un atento saludo

Enric Navarro
Técnico en Autoprotección y Protección a terceros
www.enricnavarro.es

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